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miércoles, 25 de mayo de 2011

Consejos viajeros: La (no) organización del viaje

Como todos habremos experimentado alguna vez, la alegría que se siente cuando decidimos hacer un viaje es casi infinita. Pero dicha alegría va mucho más allá en el tiempo, ya que una vez tomada la decisión debemos organizarlo y planificarlo. Es entonces cuando se pone en marcha una serie de preparativos para que cuando llegue el gran día todo esté controlado y planificado. Por eso, nos ponemos a buscar información del destino, rutas, hoteles, medios de transporte, posibles excursiones a ciudades o pueblos de la zona… De esta manera, nos vamos un poco más “tranquilos”, más seguros, ante la aventura que se nos avecina.

Sin embargo, hay veces que ya sea por la premura del viaje o por las ganas de aventura, dejamos la planificación de lado y nos vamos tan solo con nuestra mochila y el hormigueo de lo desconocido en el estómago. Esta decisión, la de viajar a la aventura, tiene sus ventajas e inconvenientes, como todo, pero además conlleva un plus de anécdotas y situaciones especiales que posiblemente no se producirían si se llevase todo organizado.Normalmente hay personas que por su forma de ser se decantan por una u otra opción. Hay gente a la que le gusta sentir ese gusanillo en el estómago y otra que lo detesta, pues le genera ansiedad y estrés.

En mi caso, he tenido algunas experiencias “a la aventura” y he de decir que, si bien me provocan cierto nerviosismo, la sensación de poder improvisar y de decidirlo todo en un momento me fascina. Es sentir la libertad de ir o no ir a un sitio u a otro, cuando quiera y como quiera, sin estar atado a nada.

Gracias a este afán de aventura, tuve la oportunidad de descubrir Skopje, la capital de la Antigua República Yugoslava de Macedonia.

Todo se remonta a el viaje que hice por Grecia y Turquía hará poco tiempo. En un principio, trazamos a grandes rasgos la ruta que queríamos hacer, pero sin concretar nada. Lo único seguro era que llegaríamos a Atenas en avión y que una semana después debíamos estar en Estambul para tomar el avión que nos llevaría de vuelta a Barcelona. También teníamos concertadas las 2 primeras noches de hotel en la capital griega, pero nada más. El resto sería fruto de la improvisación.

La intención era pasar 2 o 3 días en Atenas para luego descubrir la zona de los monasterios de Meteora, recargar fuerzas en Tesalónica y desde aquí ir a Estambul. Todo esto estaba en nuestras cabezas, eran planes de viaje que aún estaban por materializarse, pero no todos lo hicieron…

Estuvimos en Atenas los días previstos, pero el tema de Meteora empezó a torcerse. La encantadora recepcionista del hotel donde nos alojamos, aparte de enseñarnos a toda su familia y de hablarnos de ella y contarnos todos los idiomas que sabía, nos recomendó visitar los monasterios, pero no en las fechas en que fuimos: invierno. La zona estaba nevada, helada, y no se podía hacer mucho senderismo para ir de un monasterio a otro. Las condiciones climatológicas no acompañaban, así que tuvimos que cambiar de idea, pero no pasaba nada, pues no habíamos comprado ningún billete de tren/autobús ni reservado ningún hotel.

Dado que al día siguiente de hablar con la recepcionista era cuando teníamos pensado ir a Meteora, tuvimos que “improvisar” un plan alternativo, así que estando sentados en una cafetería tomando un chocolate caliente, cogimos la tan socorrida guía Lonely Planet y empezamos a buscar destinos alternativos. Tras mirar y remirar ciudades, pueblos, medios de transporte y horarios, nos decantamos por visitar la capital de la República de Macedonia: Skopje. Llegar era fácil vía Tesalónica y el trayecto desde allí sólo duraba 3 o 4 horas. Por no hablar del precio, que era más que barato.

Y así lo hicimos. Nos fuimos a Tesalónica a la aventura. Teníamos pensado buscar hotel para pasar la noche allí cuando llegáramos, pero no hizo falta, pues al llegar a la estación de tren vimos que en una hora aproximadamente salía un tren (que no aparecía en la guía) hacia Skopje. Así que, en la misma estación empezamos como locos a mirar por Internet hoteles en Skopje, ya que esa misma noche, tras unas horas de tren tartano, estaríamos allí.

Así fue como acabamos en una ciudad que no estaba en los planes de viaje. Todo gracias a la improvisación, a la suerte, al azar, a la templanza en los momentos tensos… La inesperada aventura macedonia acababa de comenzar… Pero eso ya es otra historia…

Y tú, ¿qué prefieres? ¿Viajar con todo planificado o ir más a la aventura? Tus comentarios son bienvenidos.


  El autor José Luis es un andaluz afincado en Barcelona desde hace ya un tiempo. Su pasión es descubrir nuevas culturas, viajar y escribir. Por ello realizó estudios de traducción e interpretación, una forma bastante acertada de aunar estas tres aficiones. Se define como una persona inquieta y curiosa, adicto a los viajes y al chocolate y amante del deporte, sobre todo el tenis. Prefiere los lugares tranquilos y solitarios y los rincones por descubrir.

2 comentarios:

Es fascinante todas las aventuras que has vivido y las que te quedan por descubrir. eres un alma libre y coherente con tu condición.
Besos de tus paisanos.

Muchas gracias, Pili, por el comentario. Seguiré compartiendo las aventuras con vosotros.

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