Adictos a Japón: Los mejores artículos

Vibrante, tranquila, tradicional y ultramoderna. Son algunos de los adjetivos que podemos dar a la tierra del sol naciente. Japón es un país que nunca deja de sorprendernos.

Adictos a Cuba: Los mejores artículos

Porque la isla más grande de las Antillas Mayores es mucho más que playas de aguas de color turquesa, ron, habanos y salsa.

Adictos a viajar por España: Los mejores artículos

Porque en Adictos sabemos que no es necesario ir muy lejos para disfrutar de un viaje maravilloso y emocionante.

Adictos al Turismo Rural: los mejores artículos

Porque los lugares más recónditos, pequeños e insospechados guardan lo que las grandes ciudades no pueden ofrecer

Adictos a China: El Templo del Cielo de Pekín

Actualmente el Templo del Cielo de Beijing forma parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y uno de los símbolos más representativos de la capital china.

Adictos a los viajes: Desde la ventana de mi avión

El azul del cielo contrastaba con el blanco intenso de la nieve. Las montañas parecían ser acariciadas por ligeras y finas nubes, como si quisieran protegerlas de los rayos del sol.

Síguenos en Facebook

lunes, 9 de julio de 2018

Snorkel en el levante almeriense

Los que me conocen saben bien que soy más de secano que los olivos de Jaén que me vieron nacer, pero este fin de semana he disfrutado de unos días de vacaciones en Almería, concretamente en el levante almeriense, en la zona de Níjar, San Juan de los Terreros, Pulpí, Vera...

Una de las cosas que hacer en el levante almeriense es "snorkel", o, como dirían mis queridos viajeros que no viajaron nunca: "bucear por debajo del agua con unas gafas y un tubo para ver 'pescaíllos'".

Snorkel en la costa de Almería
Snorkel en la costa de Almería
Pues bien, una de las tardes fui a la playa de los Cocederos, ubicada en la pedanía de Terreros, muy cerca de la línea imaginaria que separa Andalucía de Región de la Murcia. Allí había quedado con Ecoágata, una empresa especializada en hacer snorkel y rutas guiadas por la zona.

En cuanto vieron mis pintas y mi piel de color blanco nuclear supieron que no era muy acuático, pero aun así se pusieron manos a la obra para que disfrutara de la actividad.

Y lo consiguieron.

Snorkel en la costa de Almería
Preparados para hacer snorkel en playa de los Cocedores, costa de Almería
Tras darnos unas nociones básicas de cómo hacer snorkel y después de ataviarnos con nuestros súper trajes de neopreno (era la primera vez que me ponía uno), nos dirigimos hacia la playa.

En un primer momento, supuse que iríamos a hacer snorkel por la orilla del mar, como cuando era pequeño. Al mismo tiempo imaginé que vería cuatros peces y, con suerte, un cangrejo. La playa tenía toda la pinta de ser una playa únicamente para bañarse, para ir con la familia, pues había poco oleaje, la temperatura del agua era más bien cálida... No imaginaba lo que se escondía bajo esas aguas.

Llegó el momento. Con una mezcla de emoción como la que siente un niño pequeño cuando hace algo por primera vez, nos pusimos las aletas, las gafas, nos colocamos el tubo y entramos al agua.

Snorkel en la costa de Almería
Snorkel en el levante almeriense
Qué sensación más extraña la de no mojarte, parece una tontería, pero es curioso... Ya sabéis que soy muy "sorprendible".

Jose, uno de los monitores, llevaba una tablilla con algunos de los animalitos, plantas y algas que podíamos llegar a ver.

- ¿Todos esos "bichos" hay aquí? - pregunté.
- Estos y otros muchos más - fue su respuesta.

Mi cara de sorpresa no se vio porque iba escondido tras las gafas de bucear. Además, también pensé que, con lo gafe que soy, seguramente no vería casi ningún pez, ya fuera porque estuvieran durmiendo o porque hubieran quedado para ver el mundial de fútbol subacuático en la playa de al lado...

Pero me equivoqué (no en lo de gafe, pues me picó la primera medusa de mi vida, jeje, sino en lo de que no vería nada).

Snorkel en la costa de Almería
Alguna de estas me picaría. Todo quedó en un simple susto gracias al equipo de Ecoágata
Jose nos hizo una señal para que metiéramos la cabeza debajo del agua. Comenzaba el snorkel en Almería.

Snorkel en la costa de Almería
Estrella de tierra
Me ajusté las gafas y el tubo y... me sumergí. Suelo arenoso. Algún que otro pescaíto pululaba de un lado a otro. El sonido de mi respiración me envolvía, y poco a poco se fue convirtiendo en la melodía rítmica que me acompañó durante las dos horas que duró la actividad.

Snorkel en la costa de Almería
Buceo con tubo en la costa de Almería
Me sentía a gusto. Me entretenía ver los peces. Yo ya me sentía satisfecho, pero lo mejor estaba por venir.

Snorkel en la costa de Almería
Fondo marino en el levante almeriense
Nos dirigimos hacia una zona de rocas donde parecía haber mucha más concentración de vida.

Snorkel en la costa de Almería
Fondo rocoso en la costa del Almería

También vimos la posidonia, la tan importante y amenazada posidonia, una planta acuática que solo crece en el Mediterráneo y que fija el sustrato y oxigena el agua.

Snorkel en la costa de Almería
Posidonia en la costa de Almería
Y tras esto, nos dirigimos un poco mar adentro... Allí viví uno de los momentos más especiales del viaje a Almería. La luz que penetraba en el agua, el azul intenso del mar, los bancos de peces, la inmensidad, el cambio de temperatura de las corrientes... me hubiera quedado allí horas y horas...

Snorkel en la costa de Almería
Fondo del mar en el levante almeriense
Seguimos haciendo snorkel y observando más especies: pepinos de mar, estrellas y erizos de mar, cangrejos, cangrejitos y cangrejones, medusas...

Snorkel en la costa de Almería
Erizo de mar, lapa y cangrejo ermitaño
Llegó el momento de salir del agua. Mientras volvía buceando, no terminaba de creerme lo que había visto. Nunca me imaginé que bajo las aguas de esa playa tan familiar, tan tranquila, hubiera toda esa diversidad natural.

Snorkel en la costa de Almería
Fotografiando medusas "grandecitas pero nada peligrosas" en el snorkel del levante almeriense
Después de esta grata experiencia, os animo a que os aventuréis a hacer snorkel en alguna de las playas del levante almeriense. Seguro que os sorprenderá tal y como me pasó a mí.

Ah, y que no os eche para atrás el hecho de que nunca hayáis hecho esta actividad, que no sepáis bucear. Los monitores están allí con vosotros atendiéndoos, ayudándoos y explicando todo lo que hay que hacer y todo lo que veis.


Las fotos han sido cedidas por Ecoágata.

El autor

José Luis es un andaluz afincado en Barcelona desde hace ya un tiempo. Su pasión es descubrir nuevas culturas, viajar y escribir. Por ello realizó estudios de traducción e interpretación, una forma bastante acertada de aunar estas tres aficiones. Se define como una persona inquieta y curiosa, adicto a los viajes y al chocolate y amante del deporte, sobre todo el tenis. Prefiere los lugares tranquilos y solitarios y los rincones por descubrir.

martes, 26 de junio de 2018

Pueblos con encanto de Jaén: Chiclana de Segura


Chiclana de Segura es un pueblo de Jaén ubicado en la comarca de El Condado, en el norte de la provincia, a 128 km de la capital. Tiene unos 1000 habitantes y hace frontera con Ciudad Real. 


Chiclana de Segura
Chiclana de Segura
En los numerosos viajes por carretera que hago desde Villacarrillo, mi pueblo, a Barcelona, lugar donde resido, siempre veo al fondo, unos minutos después de salir, pasado el bello Iznatoraf, un pueblo a lo lejos, encaramado a un cerro, asomándose al inmenso mar de olivos de Jaén. Ese pueblo es Chiclana de Segura, un lugar que desde siempre he tenido curiosidad de explorar, verlo de cerca, más aun sabiendo que mi padre también tenía muchas ganas de ir. Pues bien, el día de visitar Chiclana de Segura llegó y la conclusión a la que he llegado es que Chiclana de Segura es otro de los pueblos con encanto de Jaén.
Vista panorámica de Chiclana de Segura
Vista panorámica de Chiclana de Segura
Lo primero que me llamó la atención antes de llegar es el lugar donde se levanta Chiclana de Segura, en lo alto de un montículo rocoso en torno al cual parece que se hayan pegado las casas, y lo segundo, fue el ascensor panorámico que permite salvar el desnivel que hay entre la parte baja del pueblo y uno de sus puntos de interés: las ruinas del castillo de Chiclana de Segura

Ascensor panorámico en Chiclana de Segura
Ascensor panorámico en Chiclana de Segura
Este desnivel también se puede salvar a través de unas escaleras esculpidas en el interior de la roca.

Escaleras en la roca en Chiclana de Segura
Escaleras en la roca en Chiclana de Segura
O callejeando por el pueblo, una vez cruzado el túnel que atraviesa parte del conjunto rocoso y que da a parar a la plaza mayor del pueblo, donde los lugareños se reúnen buscando las sombras (sobre todo en verano) y charlan tranquilamente.

Plaza Mayor de Chiclana de Segura y túnel de entrada y salida al pueblo
Plaza Mayor de Chiclana de Segura y túnel de entrada y salida al pueblo
La historia de Chiclana de Segura se remonta a la época de la Edad del Bronce, cuyos pobladores eligieron este lugar por su gran riqueza minera y por su defensa natural. 

Vistas de Chiclana de Segura, Jaén
Vistas de Chiclana de Segura, Jaén
Los íberos también tuvieron un paso destacado por aquí, como lo atestigua el Tesoro de Chiclana, parte del cual se encuentra actualmente en el Museo Provincial de Jaén.

Ventana en las escaleras excavadas en la roca junto al ascensor panorámico
Ventana en las escaleras excavadas en la roca junto al ascensor panorámico
No es de extrañar entonces que Chiclana de Segura tuviera una importancia primordial en la Edad Media.
Lugar donde se levantaba el castillo de Chiclana de Segura
Lugar donde se levantaba el castillo de Chiclana de Segura
Los árabes construyeron un castillo en el punto más alto del pueblo y en torno a él empezaron a levantarse las casas del núcleo urbano.

Calles de Chiclana de Segura
Calles de Chiclana de Segura
Pasear por aquí es caminar por callejuelas estrechas, empinadas, a veces sin salida, donde las casas dan la impresión que han sido levantadas unas sobre otras.

Casas de Chiclana de Segura
Casas de Chiclana de Segura
Casas de Chiclana de Segura
Calle de Chiclana de Segura
Otra peculiaridad de Chiclana de Segura, relacionada con su pasado árabe y defensivo, es el uso de cuevas como pasadizos o viviendas. La comarca de El Condado fue una tierra de frontera durante los siglos XIII y XIV y zona estratégica para las comunicaciones, por lo que Chiclana tuvo que soportar numerosos ataques y luchas. La entrada y salida del pueblo se hacía (y se hace actualmente) a través de túneles o cuevas excavados en la roca, que comunicaban con el "Trascastillo", la zona ubicada fuera de la muralla natural de la roca. Muchas de estas cuevas, además de ser una vía de comunicación con el exterior, también tenían la función de viviendas o caballerizas.

Escaleras que dan acceso a una vivienda o pasadizo en la roca
Escaleras que dan acceso a una vivienda o pasadizo en la roca
En el siglo XIII, Chiclana de Segura es conquistada por Fernando III y cedida posteriormente a la Orden de Santiago, formando parte de la Encomienda de Motizón-Chiclana. Entre sus comendadores más famosos destaca el poeta-guerrero Jorge Manrique, para algunos el primer poeta del Prerrenacimiento y autor de Coplas a la muerte de su padre, uno de los clásicos de la literatura española de todos los tiempos. El castillo estuvo habitado por los comendadores hasta el siglo XVI, cuando una roca donde se asentaba se desprendió, provocando la muerte de 30 personas y el abandono y ruina total de la fortaleza, motivo por el que hoy en día apenas queda nada de ella. A partir de entonces la vivienda de los comendadores se trasladó al Palacio de la Encomienda, ubicado en el casco urbano del municipio.

Fachada del Palacio de la Encomienda, Chiclana de Segura
Fachada del Palacio de la Encomienda, Chiclana de Segura
Patio del Palacio de la Encomienda, Chiclana de Segura
Patio del Palacio de la Encomienda, Chiclana de Segura
El tema del desprendimiento de rocas es algo que me rondaba por la cabeza mientras caminaba por el pueblo, pues hay algunas que dan la impresión de que se van a caer. De esto pude hablar con un vecino de Chiclana de Segura, dueño de un quiosco de golosinas.

Fuente y vecino de Chiclana de Segura
Fuente y vecino de Chiclana de Segura
Me comentaba que algunas estaban enganchadas y apuntaladas, aunque esto tampoco asegura que no haya ningún desprendimiento. El último desprendimiento de roca en Chiclana de Segura ocurrió en el año 2009, cuando dos rocas de grandes dimensiones cayeron sobre unas casas sin provocar heridos.
Roca desprendida en el año 2009 en Chiclana de Segura
Roca desprendida en el año 2009 en Chiclana de Segura
Con este entrañable anciano, aparte de hablar de rocas, comentamos detalles del pueblo, como su clima, un poquito de historia y el tema de las casas-cueva. 

Balcón de una vivienda excavada en la roca, Chiclana de Segura
Balcón de una vivienda excavada en la roca, Chiclana de Segura
Y es que los vecinos de Chiclana de Segura rebosan amabilidad, al menos esa fue la impresión que tuve. 
Iglesia y fuente en la Plaza Mayor de Chiclana de Segura
Iglesia y fuente en la Plaza Mayor de Chiclana de Segura
Todos me saludaban por la calle y si les preguntaba por alguna cosa, me respondían de buena gana, con una sonrisa en la cara, dándome conversación y sugiriéndome lugares o calles que ellos consideraban bonitas. 

Centro de Interpretación Jorge Manrique, Chiclana de Segura
Centro de Interpretación Jorge Manrique, Chiclana de Segura
Supongo que no estarán muy acostumbrados a los turistas , salvo por los vecinos de la zona (como yo), y es una pena porque Chiclana de Segura es uno de los pueblos con encanto de la provincia de Jaén.

Vistas panorámicas de Chiclana de Segura, pueblo de Jaén
Vistas panorámicas de Chiclana de Segura, pueblo de Jaén

Vistas panorámicas de Chiclana de Segura, pueblo de Jaén
Panorámica de Chiclana de Segura desde los restos de su castillo, con Iznatoraf al fondo, en un cerro


¿Dónde está Chiclana de Segura?





El autor

José Luis es un andaluz afincado en Barcelona desde hace ya un tiempo. Su pasión es descubrir nuevas culturas, viajar y escribir. Por ello realizó estudios de traducción e interpretación, una forma bastante acertada de aunar estas tres aficiones. Se define como una persona inquieta y curiosa, adicto a los viajes y al chocolate y amante del deporte, sobre todo el tenis. Prefiere los lugares tranquilos y solitarios y los rincones por descubrir.

jueves, 21 de junio de 2018

Reynisdrangar: cara a cara con los trolls petrificados de Islandia

Viajar a Islandia es una de las experiencias más bonitas que he tenido en mi vida. No sólo por la increíble variedad de paisajes que encontré, sino por las sensaciones que experimenté allí. Islandia está lleno de lugares inhóspitos, solitarios, mágicos, dramáticos, agrestes, agradables, desgarradores... Se me quedan cortos los adjetivos para expresarlo con palabras.

Uno de esos lugares inquietantes que vi fue Reynisdrangar, muy cerca de la pequeña localidad costera de Vik, en el sur de la isla. He de decir que este sitio no es ni por asomo de los más espectaculares de Islandia. Objetivamente, es una playa de arena negra, rodeada de algunos acantilados recubiertos de verde, y con tres formaciones rocosas mar adentro. No es algo extraordinario visto así. Pero si se ve bajo ciertas circunstancias y empiezas a indagar en la historia que se esconde tras las rocas de Reynisdrangar, comienzas a ver las cosas de otra manera y a experimentar sensaciones que van mucho más allá de contemplar esas tres agujas basálticas en mitad del agua.

Rocas de Reynisdrangar
Reynisdrangar, Islandia
Eran las 5 de la tarde de un día lluvioso, muy lluvioso. Un día gris. Gris y ventoso. Llegamos a Vik zarandeados y acariciados por el frío viento. Las gotas de agua, furtivas, iban y venían a merced del aire, cayendo sobre la única parte de nuestro cuerpo que estaba expuesta al exterior: la cara. Caminamos por un pequeño sendero hasta que llegamos a la playa de Vik, que en 1991 fue catalogada como una de las diez playas no tropicales más bellas del mundo. Estaba desierta. Tan sólo un valiente fotógrafo pululaba por allí intentando encontrar el mejor ángulo para su foto, luchando contra la fuerza del vendaval.

Reynisdrangur Islandia
Reynisdrangar, los trolls de Vik
Lo primero que me sorprendió fue la arena. Era arena negra, un color que contrastaba muchísimo con la cresta blanca de las bravas olas del Atlántico Norte. El mar estaba muy enfurecido. El viento no paraba de soplar, las olas no cesaban de romper, unas con otras, vomitando espuma al fundirse con la oscura arena de la orilla. Al levantar la mirada de allí, me di cuenta de que estaba junto a un acantilado pintado de tonos verdosos que contrastaban con el marrón negruzco de la tierra y el blanco cegador de la especie de neblina que nos abrazaba. Tenía la impresión de encontrarme en un escenario de una película de suspense. 

Playa de arena negra en Vik
Playa de arena negra en Vik

Tenía frío, mucho frío. Sentía cómo las gotas de agua se deslizaban plácidamente por mi cara, provocándome incómodas cosquillitas en mis mejillas. El estruendo de las olas le daba un cierto aire dramático a la situación. Y entonces, los vi. Allí estaban ellos, siendo azotados por la rabia del mar, soportando las embestidas de las olas, impasibles, inmóviles, desde que aquel fatídico día quedaron petrificados.
Trolls de piedra de Vik Islandia
Trolls de piedra de Vik, Islandia
Me encontré cara a cara con los tres trolls de Vik: Skessudrangar, Landdrangar y Langhamrar. Aquellos que, según cuenta la leyenda, salieron una noche de sus cuevas y estuvieron arrastrando un barco hasta la orilla. Una empresa que les llevó más tiempo del previsto, por lo que fueron sorprendidos por el día, por la luz del sol, que los transformó en piedra. Y desde entonces, ahí siguen, convertidos en tres grandes agujas de basalto, viendo pasar, impasibles, el tiempo.

Llegados a este punto, me sorprendo de lo mucho que puede cambiar la opinión que nos hacemos de un lugar en función de las emociones que hayamos experimentado al verlo. Lo que objetivamente sólo eran tres rocas apuntando hacia el cielo, para mi se transformaron, cobraron vida, sentido, en medio del vendaval de emociones que son capaces de generar los paisajes de Islandia.


El autor

José Luis es un andaluz afincado en Barcelona desde hace ya un tiempo. Su pasión es descubrir nuevas culturas, viajar y escribir. Por ello realizó estudios de traducción e interpretación, una forma bastante acertada de aunar estas tres aficiones. Se define como una persona inquieta y curiosa, adicto a los viajes y al chocolate y amante del deporte, sobre todo el tenis. Prefiere los lugares tranquilos y solitarios y los rincones por descubrir.

martes, 13 de febrero de 2018

El alma de Hong Kong

Volvemos a tener un post invitado de Marco Sansalone, creativo publicitario entre cuyas aficiones está hacer vídeos de viaje y la fotografía. En su última colaboración nos transportó a través de su vídeo a Japón. Ahora, nos llevará a Hong Kong. Muchísimas gracias, Marco, por permitirnos sentir el alma de Hong Kong y compartir tu experiencia con los demás Adictos a los Viajes.

Nuevo viaje, nuevas etapas y siempre Asia. Esta vez un recorrido visitando Taiwán desde Taipei para luego bajar hasta Kaohsiung llegando finalmente a Hong Kong.
          
Esta última etapa ha sido una experiencia intensa y emocionante, exactamente como la ciudad se presenta a los millones de visitantes que cada año pisan su isla principal, la península y las varias islas que le pertenecen (Kowloon, la isla Hong Kong y New Territories).

Situada al sureste de China con el nombre oficial de “Región Administrativa Especial de Hong Kong de la República Popular China”, la ciudad destaca por ser una de las más modernas y densamente pobladas del mundo (más de 7 millones de habitantes).

La ciudad de Hong Kong cuenta con numerosas atracciones turísticas para visitar, desde los típicos centros comerciales hasta las mercados nocturnos, pasando por templos y rutas a través de barrios famosos por su arquitectura de inmensos rascacielos. No hay motivo alguno para aburrirse, la ciudad es entretenida y hay algo que va más allá de lo que es el típico destino asiático.

Hong Kong es un concentrado de tradición y cultura china junto a una influencia británica, por su presencia en el pasado.

En mi experiencia he intentando seguir una ruta compuesta de lugares conocidos, aprovechando el contacto con gente local debido a que en Hong Kong se habla bastante inglés.

Una de las mejores maneras para disfrutar de unas vistas impresionantes de Hong Kong es el Victoria Peak (Cumbre Victoria). A través de un antiguo tranvía es posible subir a la zona alta de la isla para luego ver lo poderosa que es Hong Kong. Isla y península a tus pies.

Victoria Peak
Victoria Peak
El puerto, con su Avenida de las Estrellas, es una típica visita. Lo que me gustó fue el espectáculo nocturno “Symphony of Lights” (el concepto de proyecciones es interesante, pero la música y la locutora de fondo, decepcionantes. Muy años 80-90).

Symphony of Lights
Symphony of Lights
Detrás de su conocida faceta comercial, Hong Kong esconde también su lado religioso, en el que destacan sus templos. En sitios como el Man Mo Temple y el Wong Tai Sin Temple el tiempo parece pararse y te quedas mirando como los hongkoneses están concentrados en sus rituales rezando.

Wong Tai Sin Temple
Wong Tai Sin Temple
Saliendo de la isla de Hong Kong es posible explorar otra isla para quedarse asombrados por su inmenso buda. Hablamos de la isla de Lantau, la más grande y la más tranquila (solo 45 mil habitantes) en la cual es posible ver el gran Tian Tan Buddha. Un largo recorrido por escaleras llevan a lo más alto, frente a un imperioso buda rodeado de seis estatuas de bronce, conocidas como “La Ofrenda de los seis Devas”.

Lantau
Lantau
La performance de Kung Fu en el Kowloon Park representó, en mi viaje, la transición de la parte religiosa histórica a la Hong Kong moderna de edificios y mercados nocturnos.

Kung Fu en el Kowloon Park
Kung Fu en el Kowloon Park
 Ahora tocaba visitar las zonas urbanas densamente habitadas conocidas como “Public housing” (viviendas sociales), ya que Hong Kong tuvo que tomar medidas importantes para gestionar la vivienda de sus poblaciones. Edificios inmensos con viviendas de pequeño tamaño para vivir. Estos grandes aglomerados se caracterizan por su interesante aspecto arquitectónico, hasta tal punto de que muchos de ellos son metas de visitas para instagramers. Entre ellos destaca el Nam Shan Estate, un conjunto de edificios de color dominante verde con un parque situado encima de un mercado.

Nam Shan Estate
Nam Shan Estate
Entre mis preferidas está la Choi Hung Estate, la vivienda social más antigua en Hong Kong. Un local me dijo que los tonos de sus colores hacen referencia al arcoíris, para que pueda elevar los espíritus de los residentes.

Choi Hung Estate
Choi Hung Estate
El Ping Shek Estate es otro gran edificio. Desde el interior es posible apreciar una infinita cantidad de plantas que rodean de forma cuadrada un pozo de luz, dando lugar a una vista impresionante.

Ping Shek Estate
Ping Shek Estate
La Montane Mansion es popular entre fotógrafos por su perfecta simetría, que permite sacar fotos muy interesantes. Con un “plano nadir”, mirando hacia el cielo, las numerosas ventanas crean un efecto casi claustrofóbico.

Montane Mansion
Montane Mansion
Otra manera de vivir la isla de Hong Kong, sus calles y la gente es subiéndose a un tranvía. Conocidos entre locales por el nombre de “Ding Ding”, estos tranvías han sido una forma de transporte durante más de 110 años. Montarse y recorrer una línea o más por la isla es una experiencia interesante.

Tranvía de Hong Kong
Tranvía de Hong Kong
Hong Kong nunca pierde su ritmo, ni siquiera de noche. A estas horas es posible visitar muchos mercados. Entre los más conocidos están el Temple Street Market o el Ladies Market. Este último me llamó la atención por su cantidad de gente y músicos callejeros. Puro entretenimiento teniendo en cuenta las cosas absurdas y raras que te puedes encontrar.

Mercado nocturno Hong Kong
Mercado nocturno Hong Kong
En definitiva, como ya dije, Hong Kong es una mezcla de culturas, gente, comercios y tradiciones. Un lugar en el cual oriente y occidente se encuentran dando vida a una mezcla fascinante. En nada es posible pasar entre tradiciones antiguas a la modernidad. Una ciudad con un alma potente y vibrante que merece la pena visitar. Un alma que he intentado trasmitir en mi vídeo “The Powerful Soul of Hong Kong”.

El autor

José Luis es un andaluz afincado en Barcelona desde hace ya un tiempo. Su pasión es descubrir nuevas culturas, viajar y escribir. Por ello realizó estudios de traducción e interpretación, una forma bastante acertada de aunar estas tres aficiones. Se define como una persona inquieta y curiosa, adicto a los viajes y al chocolate y amante del deporte, sobre todo el tenis. Prefiere los lugares tranquilos y solitarios y los rincones por descubrir.