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viernes, 15 de enero de 2016

Ver auroras boreales en Islandia, un sueño hecho realidad

Desde pequeño siempre me ha llamado la atención todo lo que tiene que ver con el cielo: lluvias de estrellas, constelaciones, eclipses de sol o de luna, cometas, y, como no, la tan enigmática aurora boreal, que sencillamente me fascinaba. Y desde que era un pequeñajo siempre decía que algún día tenía que ver auroras boreales, tal y como decía con visitar la Muralla China.

Pues bien, ese día llegó durante mi viaje a Islandia. Tenía 9 oportunidades para intentar contemplarlas, 9 noches durmiendo en el coche o en tienda de campaña y la web de la Oficina Meteorológica de Islandia para conocer la predicción de auroras boreales en Islandia. Aparentemente, 9 noches parecen suficientes para intentar verlas, pero... en mi caso no fue así.

Para que se produzca el fenómeno de las auroras boreales se debe dar una serie de circunstancias. La primera es encontrarse en alguna zona cerca de los polos magnéticos, como es Islandia, que haya actividad solar, que los cielos estén oscuros y despejados y que la temperatura sea baja. En Islandia la mejor época para ver auroras boreales es de octubre a marzo. Yo viajé a finales de septiembre y principios de octubre, por lo que tenía posibilidades de ver auroras boreales.

Ver auroras boreales en Islandia

Pero la aurora se resistió... Como sabéis, di la vuelta a la isla, por lo que cada noche iba durmiendo en sitios distintos. Y, caprichos del destino, siempre dormía en zonas donde los cielos estaban encapotados o llovía... Pasaban las noches y mis esperanzas se iban desvaneciendo... Mi compañero de viaje (iluminado a saber por quién) me decía con una seguridad aplastante que no me preocupara, que las veríamos al final de la ruta, en Reykjavik. Yo, sinceramente, lo dudaba bastante porque, si en plena naturaleza no las habíamos visto, sería mucho más complicado contemplarlas en la ciudad...

Ver auroras boreales en Islandia

Pues él tenía razón. Fue la última noche. Nos encontrábamos en la capital de Islandia y la previsión era bastante buena: un nivel 5 (elevado) de actividad solar, temperaturas frías y cielos despejados. El único "detalle" era que esta previsión correspondía a una zona ubicada a unos 50 km de Reykjavik y a las 5 de la madrugada. Pero era nuestra última oportunidad, la última noche. Apostar a todo o nada. Y, evidentemente, apostamos. Así que estuvimos de fiesta hasta las 3 en un garito de Reykjavik (inciso sobre la fiesta islandesa: es un desmadre total) y después nos fuimos a la caza de la aurora boreal.

auroras boreales en Islandia

Tomamos el coche con una mezcla de emoción y cansancio. ¿Llegaría por fin el día en que contemplaría una aurora boreal? ¿Cómo sería? ¿Qué se vería? ¿Cuánto duraría?

auroras boreales en Islandia

Salimos de la ciudad, y empezamos a encontrar carreteras nevadas, heladas (cosa que en ningún momento del viaje nos habíamos encontrado). Mientras mi compañero conducía con extrema precaución, yo no quitaba el ojo del cielo. Cualquier cosa que parecía extraña, una nube, un reflejo, hacía que se me acelerara el corazón. Ya veía auroras boreales donde solo había nubecillas...

auroras boreales en Islandia

Una vez pasado el puente de la ciudad de Selfoss, a unos 50 km de la ciudad de Reykjavik, decidimos que era el momento de encontrar un desvío y esperar rodeados de oscuridad, mirando al cielo desde el coche. Encontramos un caminito y, de repente, antes de que el coche se hubiera parado, la vi. Sabía que era ella. Empecé a distinguir algo así como polvo en el cielo, pequeñas partículas brillantes salidas de la nada que destacaban en la oscuridad del cielo y que parecían que iban a caer a la tierra lentamente. Mi reacción, ya imagináis cómo pudo ser... Empecé a decir que parara el coche, casi gritando. Salimos fuera, el suelo estaba resbaladizo a causa del hielo que había, hacía frío, el termómetro marcaba los cuatro grados negativos pero, como corría algo de viento, la sensación de frío era mayor. Pero no pasaba nada, porque la emoción de ver lo que sobre mí se estaba formando hacía que olvidara si estábamos a menos 10 o a menos 50 grados centígrados. Daba igual, porque encima de mí ese polvo empezó a tomar forma, parecía que la tierra lo atraía hacia sí, componiendo unas especies de cortinas de un color verde azuláceo brillante. Era algo hipnótico ver cómo se formaban y admirar cómo al final de esas cortinitas las partículas parecían titilar, como si bailaran... Una visión enigmática y bella a la vez. Me sentía como un niño pequeño en el día de Reyes, recibiendo los regalos, con lágrimas en los ojos de la alegría. No quería que aquello desapareciera, quería alargar ese momento, ver esas luces danzar mucho más tiempo, pero al igual que aparecieron de la nada y sin avisar, a los pocos instantes, comenzaban a desaparecer, diluyéndose en el oscuro cielo, a la vez que en otras zonas volvían a formarse otras y desvanecerse paulatinamente. Eso fue lo que pasó durante unos 10 minutos. Fue algo realmente efímero, pero infinitamente bonito. En ese silencio sepulcral, viendo esos bailes de luces, alejado de mi tierra, de mi gente, con un sentimiento de nostalgia de no tenerlos a todos en ese momento, supe que había cumplido un sueño, el de conocer a esa tal Aurora, de apellido Boreal.

auroras boreales en Islandia

auroras boreales en Islandia

auroras boreales en Islandia

El autor

José Luis es un andaluz afincado en Barcelona desde hace ya un tiempo. Su pasión es descubrir nuevas culturas, viajar y escribir. Por ello realizó estudios de traducción e interpretación, una forma bastante acertada de aunar estas tres aficiones. Se define como una persona inquieta y curiosa, adicto a los viajes y al chocolate y amante del deporte, sobre todo el tenis. Prefiere los lugares tranquilos y solitarios y los rincones por descubrir.

2 comentarios:

Parece que el año pasado ha sido excepcional para ver auroras boreales, una gente amiga ha ido a por ellas y tambien me han traido toda la historia del viaje, intentaré (y ya tengo los billetes) el próximo invierno desde Helsinski subiendo a Pori, espero poder tener la misma suerte de poder ver este espectáculo, Buenos viajes Jose!!

Que suerte tuviste... yo ya van dos veces que viaje a zonas en las que se puede ver (Finlandia y la propia Islandia) y nada de nada...

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